Existen lesiones que se suceden a nivel de la raices de los dientes y que se traducen en un aumento de la sensibilidad en los mismos.
La Hipersensibilidad Dentaria puede ser la consecuencia de que un diente no está recibiendo el choque con los otros dientes de forma adecuada, y es la manifestación del trauma impuesto.
Inicialmente se expone a la cavidad bucal un tejido que debe estar recubierto por la encia, posiblemente por un cepillado traumático: usando mucha fuerza para cepillarse, cepillos duros, mala técnica de cepillado, etc. El tejido que recubre la raiz, denominado cemento radicular, no es tan duro como el esmalte que recubre la corona dentaria y el cual constituye el más duro y resistente de los tejidos con que cuenta el ser humano. Al quedar descubierto el tejido que recubre la raíz aumenta su susceptibilidad a ser atacado por los cítricos que se consumen diariamente (como el jugo de naranja) y se forman con el tiempo lesiones denominadas "no cariosas" y que son producto de la acción de los ácidos sobre el cemento radicular.
Al observar una lesión del tipo "no cariosa" tengo por costumbre indagar sobre su origen para así poder alertar al paciente de los hábitos que puede estar realizando y que son dañinos para la salud del tejido dentario.
Estos desgastes reciben varios nombres: Abrasión, Atricción, Erosión y el término nuevo de Absfracción. Aluden a procesos de pérdida de tejido dentario por la combinación de fuerzas mecánicas y la acción química de los ácidos, ya sea estomacales, jugos cítricos y/o pastas dentarias abrasivas
Siguenos en Twitter